Cuando ya no esté, ¿Qué pasará con mi empresa?

Plan de sucesión

“¿Quién debe sucederme?” es un planteamiento elemental que debe hacerse todo fundador de una empresa, sobre todo familiar, antes y durante el proceso de institucionalización de esta.

Con frecuencia, los propietarios y altos mandos de las empresas se encuentran ante la difícil situación de nombrar sucesores, cuando, por ejemplo, un socio decide retirarse, ¿ocupará su lugar su hijo o venderán sus acciones entre los socios restantes? Y si, además, el socio tiene un puesto directivo con un salario, ¿cómo proceder?
El Plan de Sucesión es la continuación planificada, estudiada y organizada en la empresa familiar de una persona en lugar de otra, que tenga los conocimientos, habilidades y características técnicas y humanas idóneas y necesarias, con el objetivo de establecer un método para la permanencia de la empresa a través de tiempo.
Si bien es un concepto que cada día está tomando mayor fuerza dentro del mundo empresarial mexicano, lamentablemente son muy pocas las empresas que tienen un Plan de Sucesión correctamente diseñado e implementado. De acuerdo con un estudio realizado por CitiBanamex, sólo el 20 por ciento de las empresas familiares mexicanas tiene un plan de sucesión forma, y únicamente el 14 por ciento lo tienen por escrito.
El principal beneficio que conlleva diseñar un Plan de Sucesión, además de aportar un valor al momento de valuar la empresa, es que brinda certidumbre al futuro de la misma, no solo a los miembros de la familia, lo que evita conflictos y desacuerdos a la muerte o jubilación del fundador, sino a clientes, proveedores, acreedores, y en general, a terceros interesados en la empresa, ya que les otorga la tranquilidad de que aún después de la salida del fundador, ya hay una estructura que asegura la continuidad y funcionamiento rentable de la empresa, por lo que sus intereses se mantienen protegidos.
Otro beneficio de contar con un Plan de Sucesión en la empresa, es que asegura que se mantenga la efectividad de su desempeño, ya que además de estar diseñado para facilitar la transición de cargos y responsabilidades a través de tiempo, también sirve para desarrollar el capital humano de la empresa de manera estratégica.
Para que el Plan de Sucesión sea realmente efectivo, es necesario que sea el resultado de un conjunto de acciones y decisiones planeadas, debatidas y consensuadas por todos los miembros y órganos de gobierno que, inevitablemente, deben formar parte de proceso, como el Consejo Familiar, la Asamblea de Accionistas, entre otros, de acuerdo a la situación particular de cada familia y empresa.
Los 4 elementos esenciales que debe de contener el Plan de Sucesión son:
  1. Qué es el Plan de Sucesión (misión, visión, objetivos del sucesor, etc.)
  2. Cómo se va a implementar (descripción de los procesos que se van a utilizar para lograr con éxito que se implemente, así como las personas responsables de hacerlo)
  3. Cuándo va a surtir efectos
  4. Alcance del mismo

Cabe mencionar que el Plan de Sucesión se implementa de manera gradual y debe incluir dentro del Plan de Sucesión un periodo de “aprendizaje” para aquella o aquellas personas que serán sucesoras. Así mismo, es importante que mientras se esté ejecutando el Plan de Sucesión, el Consejo de Administración lleve un proceso de revisión y monitoreo.

Algunos beneficios que aporta diseñar un Plan de Sucesión son:
  1. Certidumbre en el futuro de la empresa
  2. Establecimiento de instrumentos de institucionalización del negocio
  3. Anticiparse a situaciones conflictivas (ideas y mecanismos alternativos de solución de controversias)
  4. Claridad en el alcance organizacional y en las fortalezas y debilidades de la organización y los miembros de la misma
  5. Una mejor plataforma de crecimiento económico y obtención de financiamientos
  6. El aumento de valor en la empresa
  7. Mayores posibilidades de éxito conjunto e individual

    Notario Bernardo Rivadeneyra

    Presidente del Instituto IGOME

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